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jueves, 14 de julio de 2011

Dejando una Huella en el Viejo Mundo...

Huella Litoral es nuestra bandera, es nuestra camiseta, es nuestra forma de vivir este sentimiento tan profundo que se llama ¡Chamamé!
Hace casi dos años y medio nacía allá en Córdoba, el 27 de enero de 2009, y de a poco se fue transformando en mucho mas que un grupo para nosotros.  Se convirtió en una pasión que llevamos en la piel y en el alma.

La vida nos trajo, a mi hermano y a mi, a miles de kilómetros de aquellos nuestros lugares de ensayos y de los escenarios que hemos recorrido durante 2009 y 2010.  Pero esta distancia no solo no pudo apagar el amor que sentimos por Huella Litoral, sino que por el contrario, nos hizo quererla aún mas.  Tal es así que en este deambular por el viejo mundo la llevamos con nosotros a todas partes.


El chamamé y la sangre tiran. ¡Y vaya si son lazos fuertes! El primero me permitió conocer a un gran amigo griego llamado Fotis Katsanos, casado con una entrerriana de Rosario del Tala, Bety Velázquez.  Estos grandes amigos chamameceros abrieron las puertas de su casa, pero principalmente de su corazón, para recibirme como a un hijo en este país maravilloso.  Allí en Grecia quedó como embajadora una remera de Huella Litoral, como un pequeño obsequio y agradecimiento por tanto cariño y hospitalidad.  Muchas gracias amigos.

La sangre, por su parte, me permitió encontrarme con mi hermano por segunda vez en tres meses aquí en Italia. Esta vez en la búsqueda de nuestras raíces. Fuimos hacia el pequeño pueblo de Treschè Conca en provincia de Vicenza, lugar desde donde partió hacia Argentina nuestro tatarabuelo italiano. Allí conocimos tantos Panozzos como uno se pueda imaginar y nos dimos el gran gusto de volver a juntar no solo la sangre, sino también, un acordeón y una guitarra para hacer sonar La Calandria y Kilómetro 11 para estos parientes tan lejanos que nos recibieron y trataron de mil maravillas.


Se termina el "destierro", al menos para mi, y vuelvo feliz a mi pago. He conocido mucha gente y no me puedo quejar por como me han tratado. He viajado mucho y conocido lugares maravillosos.  Pero después de casi 7 meses en Italia el corazón anda extrañando y quiere volver al terruño.  Allá donde me espera no solo la familia sino también mis grandes amigos César y Edu.  Allá donde se volverá a sentir con mas fuerzas que nunca esta Huella del alma.  Huella Litoral viene llegando y un futuro prometedor nos espera...


Hasta pronto mis amigos.

Mirko Panozzo Zénere

viernes, 25 de marzo de 2011

Corazón chamamecero, nostalgia litoraleña

Queridos amigos y amigas, hace mucho tiempo que no escribía una publicación en este querido blog. Hoy me tomo el atrevimiento de escribir unos párrafos que me nacen del corazón al estar a varios kilómetros de mi querida Argentina.  Siempre escribí en nombre de los cuatro, o mejor dicho en nombre de Huella Litoral, pero hoy decidí que era una buena oportunidad para expresarme por mi mismo. Y así, mientras escucho "Alma Guaraní" no puedo evitar sentirme más argentino y chamamecero que nunca.

Coliseo Romano
Haciendo una analogía con el mundo del fútbol, dicen que parar la pelota y levantar la cabeza permite ver las cosas con mayor claridad.  Hace ya más de 3 meses de nuestra última actuación y ¿sabén qué? Se extraña de una manera increible. Yo, en lo personal, hace más de dos meses que llegué al viejo mundo por cuestiones académicas y más allá de que acá me tratan muy bien y que los fines de semana dispongo de tiempo para viajar y conocer este hermoso país que es Italia, mi corazón sigue como cada día de mi vida allá en el Litoral.

París
Parar la pelota y reflexionar a la distancia me hizo sentir aún mas "huellero" que nunca. Extrañar desde tan lejos esos momentos con mis amigos César y Edu, y con mi hermano Joni, me hizo dar cuenta que Huella Litoral es mucho mas que un grupo para mi. Representa, sin duda alguna, ese momento sublime del que todos deberíamos disponer para escaparnos de la cotideaneidades de la vida y encontrarnos con nuestras verdaderas pasiones.  Compartir unos mates, unas cervezas o un vino entre amigos, mientras en una pequeña ronda ensayamos por horas o simplemente interpretamos chamamés que tal vez nunca haremos en un escenario tiene un valor que tal vez la mayoría de la gente no entienda.

Por suerte siempre los valoré y los disfruté al máximo.  Mis amigos son testigos de que cuando agarro el acordeón soy capaz de quedarme horas con la "tres hileras" en la falda y seguir tocando inclusive cuando ya todos han guardado sus guitarras. Hoy a tantos kilómetros y sin siquiera tener mi amado instrumento conmigo solo me queda reflexionar sobre lo que fue, pero sobre todo de hacerme tiempo para soñar con lo que vendrá.

Venezia
Y no está mal soñar, es lindo y siempre nos dibuja una sonrisa. Sueño con volver en agosto y reencontrarme al menos con una parte de Huella, ya que mi hermano seguirá con su deambular por el viejo mundo por un tiempo más. Sueño con volver a esos ensayos de horas y horas. Sueño con volver a pisar escenarios y sentir que allí arriba, donde no hablo, puedo transmitir como en ningún otro lado lo que siente mi corazón. Pero sobre todo, sueño con compartir ese lugar tan sagrado con estas tres personas que quiero tanto.

Y como me gusta soñar, sueño con volver a viajar rumbo a los festivales. Sueño con poder volver a Formosa, sueño con ir a Entre Ríos, Corrientes, Santa Fé, Chaco, Misiones... ¿Por qué no soñar?

Un mate con mi hermano en el Coliseo
Si armamos este grupo en Córdoba hace más de dos años para no extrañar tanto nuestro pago, ¿Cómo no extrañar hoy? ¿Cómo no sentirme nostalgioso en una tarde de viernes en la que culminó la jornada laboral y vuelvo a un departamento donde lo único que me acompaña es mi notebook y los chamamés que en ella escucho? Perdonen si me puse muy nostalgioso, pero mi corazón chamamecero me reclama que si no puede expresarse en un chamamé lo tiene que hacer con estas palabras.

En el museo Ferrari
Quería compartir con todos ustedes estas palabras y algunas imágenes de esta maravillosa experiencia que es recorrer Europa por primera (y tal vez única) vez en mi vida.  Esta Huella del alma me acompaña a cada lugar que voy y la llevo con orgullo como bandera chamamecera.

Por último, quiero dejarles un video que armó Edu con varias fotos nuestras y un fondo musical que eriza la piel "La Caú" por Rudi y Nini Flores. Gracias Edu por este regalo que suelo mirar bastante seguido.



Salud mis amigos de Huella. Salud mi gente querida.

Mirko Panozzo Zénere.