
Nuestro más grande orgullo y nuestra mayor emoción la queremos compartir con todos los amigos de Huella Litoral. Antes que nada queremos agradecer al Padre Eugenio (gran entrerriano) por habernos brindado la posibilidad de llevar nuestra música a la casa de Tata Dios y permitirnos elevar nuestro rezo hecho canto en chamamé.
No tenemos palabras para expresar la emoción y la alegría que sentimos en el momento de interpretar nuestro repertorio allí, es algo que no vamos a olvidar nunca, algo que quedará en nuestra memoria para siempre.
Agradecemos a todos los que después de misa, a pesar de la hora y el frío, permanecieron en sus asientos para escuchar nuestro mensaje. Agradecemos a nuestros amigos, los incondicionales de siempre, que allí estaban para alentarnos y hacernos sentir que el chamamé pisa fuerte en Córdoba y que cada día son más los que tienen la posibilidad de conocer nuestra música litoraleña.
Tampoco queremos dejar pasar por alto a aquellos seres más queridos que por diferentes circunstancias no pudieron estar allí, pero que a la distancia nos hicieron sentir su presencia espiritual... nuestros padres.
Por último un agradecimiento especial a nuestras dos más grandes fans, a Flor y Maru por estar siempre, por hacernos el aguante en las buenas y en las no tan buenas. Gracias por sus consejos, por sus críticas, por su aliento y por estar cada vez que vamos marchando por los diferentes escenarios cordobeses intentando dejar nuestra humilde Huella...
Aquí les dejamos algunas fotos, esperamos les gusten tanto como a nosotros.
Fotos: Florencia Mokorel.